La vida me sonrie la hija de puta

DORMIR CON EL ASESINO

Luces que trae la mañana
sombras trae sobre tu espalda.
Y descubro los olores
de tu flujo entre las mantas.
El pelo te queda suelto
y te tapa media cara.

Mas si recuerdo la escena
casi se me encoge el alma.
En tu voz había cortejo,
en tu pecho una amaranta,
y en tus ojitos espinas
que sangraban al mirarlas.

Recorrimos los caminos
que jamás habías osado.
Y recontamos historias
y montamos en la noria
y trepamos los tejados
y desojamos botones.
Nada nos parecía malo.

EL vigor me queda lejos.
Ahora está todo en calma.
Con la sábana en tu pecho
que en la cadera remata
la curva de una pregunta:
La sangre ¿ Como limpiarla?

M.D.T.

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